El hombre y la Tierra

La sostenibilidad de la Tierra dependerá de que los seres humanos tomen una conciencia habida en sí mismo sin que sepan manifestarla de forma adecuada hacia los demás.

Mientras los seres humanos no entren en la dirección adecuada de su propia evolución no verán con claridad nada, tan sólo buscarán una resolución. Las resoluciones no existen en este momento para ningún ser humano y todo lo que está en el plano materia se concibe como energía de dinámica conectada a la esfera del dinero. La materia y el dinero no son lo mismo en realidad. Operan de forma muy singular cada uno de ellos. La trayectoria general para la humanidad es la del cambio inminente, aunque sabemos –y ustedes pueden saber– que es frecuencial y secuencial.

Todos los términos del contrato ni empiezan ni se acaban, más bien se constatan cuando el alma conectada al Dios universal que son (o al Dios que llaman Dios que sí es aceptado) conecta directamente con la energía del ser viviente más grande, el planeta Tierra. Los muchos acontecimientos que se vendrán a reconocer a través de ésta y otras formas de luminiscencia tienen el rango de la frecuencia azul. Lumínica azul.

Bien hallados sean todos ustedes en la forma más armónica y más presente para que las almas de las ignominias de los hombres asciendan hacia la unidad completa. Mediten, oren, pongan su propia semilla al servicio de esa elevación de almas. Sinceramente. Porque cada uno de ellos ha formado parte de la humanidad y en el estudio conveniente de toda la información vital llevan la información para las simientes.

Mientras la humanidad dude y tenga miedo no tendrá paz. Cuando comprendan que no hay miedo sin verdad y otras tantas realidades, ascenderá sin más esa energía universal para ayudar a salvaguardar a cada ser en su fractal.